Si tú fueras yo, ¿Qué dirías de mí? ¿Qué sabes? Has notado que me lamo todas las mañanas, completo, con calma, porque nadie me espera. Sabes que no me gusta ensuciarse la cola con tierra; y que adoro, en cambio, mi lomo contra los muros. O mejor todavía, cuando me rascas detrás de la oreja. Pero más allá del pelo y los ojos grandes, ¿qué ves? ¿Qué ves detrás de las fotos que tomas, los restos de comida que me lanzas y las palabras ñoñas que me dices?
Al contrario de ti, yo sí te veo. Con todos tus vicios y tu dolor. Puedo comprender tus mentiras y tu presencia nefasta en un mundo que no quieres entender, por más que lo estudies. Me queda claro cómo lo destruyes todo y, a quienes quedamos, nos intentas comprar con tus migajas. ¡Y cómo te sientes orgulloso de ello! Condenado estoy a vivir contigo, porque no me has dejado otra opción.
Y entre todas las especies que coexistimos contigo, te indigna y admiras que yo, no me doblegue ante ti aunque viva contigo. A lo mejor tú también harías lo mismo, si hubieses visto lo que yo. Te lo reflejo en mis ojos grandes cada vez que puedo.
(Escribe desde la perspectiva de un animal)