El Club

Cuando era pequeña me gustaba sentarme en medio de las conversaciones de adultos. Sin entender nada y mirando al piso; porque me sentía segura. Protegida de un mundo que no conocía, pero que allí nada podría faltarme. Nada malo podría suceder.

Hoy se reunió ese club de mujeres. Que no es más que un círculo de mujeres fuertes unidas por vínculos sanguíneos. Que crían a sus hijos, que mantienen hogares, pareja y trabajo, que aspiran a crecer para sí mismas. Pero que de vez en cuando se reúnen con sus congéneres para descansar el alma.

El Club de estas mujeres no se esconde de la vida. Comparten la vida mientras la enfrentan. Desahogan los problemas mientras acarician a los hijos, brindan chocolate caliente mientras lloran un poco.

Las mujeres de mi familia no son buenos personajes para escribir; porque se parecen mucho. Son tenaces, son muy fuertes, tienen corazones enormes y estar entre ellas da consuelo y da paz.

Son un círculo milagroso que mantienen vivo todo lo que las toca. Hoy me senté en silencio, tomé mi chocolate y sentí la atmósfera. Me sentí como aquella niña que no entendía nada pero se sentía segura; tomando una pausa para el corazón, para volver más fuerte a enfrentar la vida.