Viernes de Dolores 2015

Vaya usted a saber que cosa más incómoda es tener principios... (Hasta la fecha todavía no se de qué han servido)

Imagínese una situación cualquiera, muy sencilla, en cualquier aspecto de su vida. En la cual se le presentara una oportunidad importante. Y usted contento de que la oportunidad sea un avance para aquel aspecto de su vida. Una oportunidad única, muy grande para usted que no tiene la experiencia necesaria para aspirar tan alto. Pero la oportunidad le ha aparecido a usted y la ha aprovechado. Una vez adentro, se da cuenta de muchas cosas que no eran palpables mientras soñaba. Y el trasfondo de su oportunidad puede ser absolutamente legal, aunque no del todo correcta. Entonces, zumba un mosquito enorme, una mosca fastidiosa, o como yo cariñosamente le llamo, "la neurona rebelde". La infeliz le hace dudar tanto, que no puede seguir sin sentirse culpable. ¿Sería capaz de arriesgar ese aspecto de su vida solo para hacer lo que "sus principios", "valores", o como usted quiera excusarse y llamarle, le dictan? Quienes tienen principios molestos suelen hacerlo. Lo pierde todo... o mejor, no gana nada. 

Seguro, que alguien le consolará con una palmadita en la espalda, y le felicitara su buena decisión. Solo que nadie se enteró. Entonces cree poder ir a la cama, y dormir con la célebremente famosa "conciencia limpia" por haber evitado lo "malhecho". Pero qué va, no logra dormir nada. Poco antes de acostarse, recibe la noticia de que su plaza ha sido ocupada por otro sujeto como usted. Tal vez  alguien con menos escrúpulos... o peor, con menos neuronas.

Imagínese usted qué cosa más incomoda... menos mal que nunca me ha pasado.