Parte de este indefinido crecimiento personal que he vivido, es mi imagen. Cómo me veo y de dónde me inspiro aun son un misterio para mí. Muchas tardes navegando en la red he acordado en que New York es una de las ciudades más maravillosas del mundo. Un par de viajes a esa ciudad mágica no han hecho más que comprobarlo. Es el sitio donde a pesar de las leyes y su estructura urbana, cada quien puede ser quien quiera ser. Nadie te va a juzgar. Y me he pasado años tratando de descifrar que hace que los newyorkinos se vean tan increíbles y no hay secreto alguno. Cada quien se arregla como lo quiere hacer. Olvida los blogs de moda, las revistas y los críticos de televisión. Ser uno mismo no solo es lo mejor, sino lo único que importa.